jueves, 23 de abril de 2015

“La ocupación israelí incluye la mente de los palestinos con el fin de que se sientan seres inferiores”



by No habrá paz sin las mujeres | Apr 8, 2015 | destacado, Palestina | 0 comments



Texto y entrevista: @patriciasimon Foto e imagen: @zapicoalex (Jerusalén)Realización vídeo: @patriciasimon y Manu Postigo

Samah Jabr es una de las primeras y más importantes psiquiatras y psicoterapeutas palestinas.

Ha dedicado su vida profesional al tratamiento de las consecuencias psicológicas de la ocupación israelí.

Además, es activista, escritora y sus artículos de análisis e investigación aparecen en medios internacionales como Democracy Now o Al Jazeera.

“La ocupación es crónica, llevamos 66 años. Además de la ocupación militar, económica, la que tiene lugar sobre la tierra, el aire, las fronteras… Israel intenta ocupar también la mente palestina de manera que los palestinos miremos a los israelíes como seres superiores: sus hospitales son mejores, su educación… El fin es que los palestinos acaben odiándose a sí mismos, que se sientan inferiores, que se acostumbren a tener que justificarse todo el tiempo, a demostrar continuamente que son inocentes. Es lo peor que les puede pasar a los palestinos, que ocupen su mente, que les obliguen a interirizar la ocupación, que terminen culpándose de llevar tanto tiempo expuestos a estos ataques”.

Samah es palestina y como tal sufre la ocupación israelí diariamente: cuando tiene que cruzar los checkpoints para acudir a su clínica en Cisjordania desde Jerusalén, cuando tiene que viajar al extranjero y sufre todo tipo de interrogatorios y humillaciones – “teniendo que demostrar que es inocente”, como nos decía–…. Pero también cuando atiende a niños devastados psicológicamente por los allanamientos nocturnos de sus hogares, hombres y mujeres que han sufrido torturas durante sus detenciones o años de encarcelamiento, familias rotas por el asesinato de sus allegados por los bombardeos en Gaza, o formas más sutiles de trastornos mentales provocados por el asedio, las humillaciones y la persecución que sufre la población palestina por el mero hecho de serlo: derribo de las casas palestinas, la expropiación de éstas y sus tierras, los continuos controles e identificaciones raciales a los que son sometidos por los militares sionistas, la discriminación cotidiana que abarca incluso en las limitaciones para rezar en la mezquita de Jerusalén Al Aqsa –segundo lugar sagrado para el Islam–, la pobreza que afecta a un 80% de la población palestina…. Por eso Samah habla desde el yo y sobre “ellos”, desde la mujer palestina que reivindica la resistencia como forma legítima frente a la opresión como lo fue en otros territorios como Sudáfrica, Argelia o Irlanda; pero también desde el prisma de la terapeuta que descubrió muy joven que muchas de las afecciones físicas con las que llegaban sus pacientes a la consultan procedían de dolores del de la psique, del alma. Por ello, esta hija de profesor universitario de psicología educativa que se crió entre libros de psiquiatría, decidió seguir profundizando en su curiosidad por el comportamiento humano y en su amor por la escritura a través de esta especialización médica.


Samah Jabr (Alex Zapico)

Muy pronto Samah empieza a hablarnos de la educación para rápidamente vincularla con algo tan antagónico a la misma como la tortura. La tasa de alfabetización de los palestinos y las palestinas supera el 99% según Unicef, un éxito singular tratándose de un territorio en conflicto desde hace más de seis décadas y situado en Oriente Próximo. “Muchas familias palestinas ven la educación como una herramienta para desarrollar la perseverancia y la resiliencia que les permita sobrevivir con dignidad y decencia bajo la ocupación. Creo que la familia palestina es un objetivo de Israel y la tortura es la herramienta empleada para romper con la estructura familiar. También lo son reclutar a palestinos colaboradores, rompiendo la cohesión social (…) En Occidente hay gente buscando comida en la basura. Nunca verás algo así en Palestina, porque la cohesión social y la estructura familiar son muy fuertes”.

El discurso de tono didáctico de Samah se torna tajante cuando tiene que hablar de la comunidad internacional. “Durante el último ataque a Gaza escuchamos a políticos mundiales hablar del derecho de Israel a defenderse, como si fueran los palestinos los que ocupasen Israel y no al revés. En esas declaraciones no se está reconociendo a los palestinos. Pero a la vez vimos en Europa, en Latinoamérica, en Sudáfrica manifestaciones a favor de los palestinos y eso es un mensaje muy importante porque esas personas nos están diciendo: ‘Os vemos, os escuchamos, reconocemos vuestro dolor, validamos vuestra narrativa’. Y eso es fundamental para su recuperación, más que cualquier técnica psicológica, mucho mejor que enviar profesionales que les enseñen técnicas de relajación y cosas así”. Samah pone como ejemplo el rol que juega el testigo que asiste pasivamente a la violación de una mujer: “El que no se opone a lo que sucede está al lado del perpetrador y su omisión es también traumático para ella. En este sentido la comunidad internacional está también siendo testigo y que creamos que los demás son malos, que están en nuestra contra y que el mundo es un sitio injusto, sólo lleva a la miseria, a la violencia y al extremismo”.

Y en este sentido, recuerda la respuesta de las potencias internacionales ante la victoria electoral de Hamás en 2006: “No deberíamos ignorar el hecho de que la ayuda internacional se ha usado para polarizar a los palestinos. La comunidad internacional rechazó el resultado de las elecciones y proporcionaron ayuda política y económica a un partido que no representaba a la mayoría elegida por el pueblo. Esto fue muy dañino para el sistema de creencias de los palestinos, a los que se compra a través de los salarios que se sufragan con la ayuda internacional, fragmentando y polarizándolos”.

Una círculo vicioso y protagonizado por las grandes potencias y en el que Samah pone el dedo en la llaga cuando recuerda su origen: “Hemos tenido la mala suerte de ser ocupados por los israelíes, que tienen el pasado traumático del Holocausto, que se ha industrializado para que el mundo esté en silencio y que juega con el sentimiento de culpabilidad de Europa, lo que prolonga la agonía de la nación palestina“.

Si quieres saber más sobre el trabajo y el análisis sociopolítico de Samah Jabr, no te pierdas la entrevista en vídeo.

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