lunes, 30 de diciembre de 2019

CON FEDERICO GARCÍA LORCA: NO A LA TOMA !!!!!

CON FEDERICO GARCÍA LORCA: NO A LA TOMA !!!!!



Granada Abierta entiende que hay otra forma de conmemorar el hecho histórico del 2 de enero de 1492, sin que nadie se sienta agraviado ni excluido, y así lo hicimos el pasado 2 de enero de 2016 en la Fundación Euroárabe. Un acto alternativo e integrador, que promueve el diálogo intercultural y en el que podemos participar todas y todos.

Con este acto, hemos rendido homenaje a Federico García Lorca, con motivo del 80 aniversario de su asesinato. Federico fue el poeta del mestizaje cultural que dijo NO a la Toma y hablaba del "negro, el judío, el gitano y el morisco que todos llevamos dentro".

Con nosotros estuvo la poeta Ángeles Mora que hizo una lectura de versos lorquianos en la que participó el público y Juan Pinilla, en su doble vertiente de conferenciante y cantaor flamenco, acompañado por Manuel Díaz a la guitarra, que nos ofrecieron el mejor flamenco en homenaje a Federico y contra la Toma. Cerro el acto María Martín, cantando el Himno de Andalucía.


Francisco Vigueras, coordinador de Granada Abierta, recordó a otros intelectuales, como Constantino Ruiz Carnero, Américo Castro, Francisco Ayala, Carlos Cano o Tarik Alí, que también se manifestaron contrarios a la celebración de la Toma.


El investigador lorquiano, Ian Gibson, no pudo asistir al acto por motivos de salud, pero Juan Antonio Díaz, portavoz de Granada Abierta, leyó en su nombre el siguiente texto:


Palabras para Mariana y Federico 


En 1931, al volver a España tras su estancia en Nueva York y Cuba, Federico García Lorca fue entrevistado por el periodista Gil Benumeya. Le una declaración extraordinaria. “Yo creo que el ser de Granada –dijo- me inclina a la comprensión simpática de los perseguidos: Del gitano, del negro, del judío..., del morisco, que todos llevamos dentro”. De los perseguidos. Quedaba cristalinamente clara, así, su opinión sobre las consecuencias de la Toma de 1492.

Pasaron cinco años. En junio de 1936, dos meses antes de su asesinato, hubo otra entrevista. Esta vez con Luis Bagaría para el gran diario madrileño El Sol. Contestó, algo insólito en él, por escrito. “¿Tú crees que fue un momento acertado devolver las llaves de tu tierra granadina?”, le preguntó Bagaría-. “Fue un momento malísimo- respondió-, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únicas en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a una ‘tierra del
chavico’ donde se agita actualmente la peor burguesía de España”.

Hay que insistir en que son las palabras literales del poeta. Palabras contundentes, cada una en su sitio. La Toma constituyó, a su juicio, la pérdida para siempre de una civilización incomparable, única, fruto de una insólita mezcla de sangres, idiomas y culturas. Y dio pasó a una ciudad pobre, acobardada. A una “tierra del chavico” donde se “agitaba” entonces nada más y nada menos que “la peor burguesía de España”. Es decir, que conspiraba contra la legitimidad republicana. No pasó inadvertida en Granada la entrevista, según me aseguró hace ya décadas Miguel Rosales, el hermano de Luis. Ni inadvertida ni sin provocar duras críticas por parte de la clase social indicada.

Se puede afirmar que la Granada que desapareció para siempre en 1492 -“¡ay amor que se fue y no vino! ¡Ay amor que se fue por el aire” -protagoniza la obra lorquiana, aunque ello se no aprecie siempre de modo explícito. Obra profundamente elegíaca, creada –y causa asombro- en solo veinte años. Si Granada quisiera un día honrar de verdad a su poeta, el mejor embajador suyo de todos los tiempos, suprimiría como fiesta local la celebración de La Toma, con los elementos islamófobos que la caracterizan, y repondría, el 26 de mayo, la de Mariana Pineda, eliminada por el franquismo.

Recordemos que, de niño en Fuente Vaqueros, Federico participó, según su propio testimonio, en canciones de corro inspiradas por la valentía y el triste sino de Mariana, y que, al trasladarse la familia a la capital, la estatua en la plaza de su nombre le llegó a fascinar. Era casi inevitable que un día se le impusiera la necesidad de dedicarle una obra de teatro. Cada vez que releo Mariana Pineda encuentro más escalofriante el paralelismo de ambas vidas y muertes, como si el poeta intuyera que a él le iba a tocar una suerte idéntica a la de la mártir de la Libertad. “Dicen que es masona” susurra una de las novicias, y uno piensa en la siniestra delación redactada por Ramón Ruiz Alonso y sus correligionarios de la CEDA. ¿Tratará de salvar alguien a Mariana? Pedrosa, el juez, está convencido de que no: “No habrá nadie en Granada que se asome / cuando usted pase con su comitiva. / Los andaluces hablan; pero luego...” Y, quizás lo más estremecedor, la copla premonitoria entonada anónimamente en el jardín del convento, poco antes de la salida de Mariana hacia el patíbulo: “A la vera del agua, / sin que nadie la viera, / se murió mi esperanza”. ¿Cómo no pensar en Ainadamar, “La Fuente de las
Lágrimas”, la Fuente Grande de Alfacar cantada por los poetas árabes de Granada, y en el olivo cercano?

A Mariana por bordar una bandera liberal. A Federico por rojo, homosexual, famoso, rico, protegido de Fernando de los Ríos, autor de Yerma, hijo de liberal, tener ¡una radio clandestina en la Huerta de San Vicente por la cual hablaba con los rusos!, adversario declarado del fascismo y más taras. Repito: Si Granada quiere de verdad honrar a su poeta hay que acabar con la celebración de la Toma, entender como positiva la mezcla de culturas y recuperar el tradicional día de aquella hermosa víctima
del régimen dictatorial de Fernando VII, precursor del de Francisco Franco.

Quería decir esto aquí en persona y pido disculpas por mi ausencia. Espero que el acto resulte muy alentador en vísperas del 80 aniversario del asesinato del poeta y del inicio de la nefasta Guerra Civil cuyas secuelas estamos todavía padeciendo.

Un abrazo muy fuerte ¡y adelante con ánimo!

Ian Gibson

lunes, 9 de diciembre de 2019

La Reconquista que no existió. Historia de España

FUENTE:  https://www.lavanguardia.com/historiayvida/20191208/472055743507/historia-y-vida-reconquista-al-andalus-historia-rae-don-pelayo-covadonga.html


Los historiadores cuestionan el término porque lo consideran más fruto de la ideología que de la realidad


En 1936, el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) incorporó una segunda acepción al término “reconquista”: “Recuperación del Territorio hispano invadido por los musulmanes en 711 d.C. que termina con la toma de Granada en 1492”. Y precisa que en ese caso debe escribirse con mayúscula inicial. La Reconquista con mayúscula es un término que ha caído en desuso por –según los historiadores consultados- las connotaciones ideológicas que tiene.
La mayoría de los estudiosos del periodo creen que esencialmente lo que se dio en aquel periodo fue un proceso de expansión o de conquista de un territorio en manos de los musulmanes. No una reconquista.

José Luis Corral, Universidad de Zaragoza

“La batalla de Covadonga jamás existió. En todas las crónicas cristianas anteriores al año 883 no aparece nunca”

Vayamos al principio. La tradición marca que unos seis u once años después de la invasión de T áriq ibn Ziyad del 711, en Covadonga se libró una batalla entre Don Pelayo y el ejército musulmán que más de 100 años después se situaría como el hito fundacional del reino de Asturias. “Toman las armas, se alzan las catapultas, se disponen las hondas, brillan las espadas, se erizan las lanzas y sin cesar disparan saetas”. Así es como en la Crónica de Alfonso III (escrita un siglo después) se relata el arranque del combate.
“La batalla de Covadonga jamás existió. En todas las crónicas cristianas anteriores al año 883 no aparece nunca la Batalla de Covadonga lo cual es sintomático. Y en las crónicas musulmanas no aparece en ninguna”, señala José Luis Corral, profesor de Historia de la Universidad de Zaragoza y autor de novelas históricas como “El Cid”.
“Ese relato de la batalla está literalmente copiado de un pasaje de la Biblia. En estos primeros relatos medievales aparece el rey Pelayo derrotando a los caldeos, un pueblo mítico del actual Iraq, en lugar de a los musulmanes. Eso se debe a a que es un relato copiado de la Biblia, concretamente del libro del Éxodo del viaje de Moisés al Mar rojo y del Libro Primero de los Jueces”, zanja el profesor.
“Pelayo es un caudillo que existió como un personaje que defendió el territorio del norte cristiano de los musulmanes”, matiza. “Hay muchas teorías: que era nieto de la familia real visigoda, que era descendiente de un duque de Cantabria, otros los sitúan como un caudillo de la aristocracia local. No está muy claro. Es verdad que es un personaje histórico que resiste la invasión islámica probablemente porque no quería pagar impuestos ni someterse y que quiere reivindicarse a través de la religión cristiana”, según Corral.

José Enrique Ruiz-Domènec, UAB

“El concepto de reconquista fue convertido en el siglo XIX en un artefacto ideológico, poderoso que llevó incluso la erre inicial a ponerla en mayúscula”

Aña Echevarría e Iñaki Martín en La Península Ibérica en la Edad Media (Uned) defienden que la batalla de Covadonga quizá sólo fue “una simple escaramuza motivada por la exigencia de tributo”.
Y, ¿cómo un encontronazo militar menor que es posible que ni tan siquiera existiera se convierta en el arranque de un periodo que se conoce como Reconquista que se prolonga durante más de 700 años? El concepto nace de los cronistas de los reinos cristianos “cuando recuperaron lo que se llama el ideal neogótico” por el que “los reyes de Asturias, luego de León y luego de Castilla se proclaman descendientes y legítimos herederos de los reyes godos”, responde José Enrique Ruiz-Domènec, catedrático de Historia Medieval de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y autor del libro España, una nueva historia (RBA).
Ese pensamiento defiende que “lo que hacen cuando marcharon hacia el sur del río Duero era reconquistar” el territorio arrebatado a “los reyes godos cuando fueron derrotados por los musulmanes y los bereberes en el 711”. Desde Estados Unidos, el catedrático en estudios de la religión de la University of Colorado Boulder y autor del libro Reinos de fe. Una nueva historia de la España musulmana (Pasado y presente) , Brian A. Catlos, añade que la idea de Reconquista “fue un mito que solo comenzó a tomar forma a partir del siglo XI como parte del programa de legitimidad real promovido por el clero de Borgoña en apoyo de la reclamación de la dinastía de Castilla y León para tener soberanía sobre toda la Península”.
Para Ruiz-Domènec, está claro que “es un planteamiento claramente ideológico e incluso doctrinal vinculado a una doctrina política. No puede naturalmente seguirse como han hecho muchos historiadores dándole legitimidad a ese discurso político. Otros dicen que simplemente fue una pantalla para disimular lo que realmente sucedía que era la conquista de los valles y montañas”.

Brian A. Catlos, University of Colorado Boulder

“Italia miró a las glorias de Roma, Grecia a la Atenas clásica, Inglaterra a Arturo y Alemania a la mitología nórdica de los nibelungos”

El término Reconquista fue evolucionado y explosionó hace poco más de 100 años: “el concepto de reconquista fue convertido en el siglo XIX en un artefacto ideológico, poderoso que llevó incluso la erre inicial a ponerla en mayúscula y se singularizó la Reconquista”, añade el Ruiz-Domènec.
Alejandro García Sanjuán, profesor de la Universidad de Huelva y autor de La conquista islámica de la península ibérica y la tergiversación del pasado (Marcial Pons), añade que “nadie cuestiona que existió entre los cristianos un proyecto de conquista del territorio musulmán”.
García Sanjuán matiza que “lo que se cuestiona es que el concepto de Reconquista resulte apropiado para designar ese proyecto. Algunos pensamos que no lo es, debido a que ese concepto se acuñó durante el siglo XIX con una fuerte carga ideológica españolista, definiéndose como una lucha de liberación nacional frente a los musulmanes, como resultado del cual los españoles serían ‘una nación forjada contra el islam’”, añade.
Es precisamente en ese momento histórico cuando otros territorios europeos buscan su identidad: “Italia miró a las glorias de Roma, Grecia a la Atenas clásica, Inglaterra a Arturo y Alemania a la mitología nórdica de los nibelungos. Lo que cada una de estas historias nacionales enmarcadas de forma épica tiene en común es que cristalizaron en el siglo XIX y tienen poca relación con las realidades medievales. Lo que reflejan son los procesos internos mediante los cuales se desarrolló una cultura “nacional” como consecuencia de un grupo cultural que reclamaba la ascendencia sobre otros que necesitaban ser reprimidos como parte del proceso de construcción nacional”, señala Catlos.

Controversia

Algunos historiadores como el catedrático de la Universidad de Extremadura, Francisco García-Fitz, defienden la plena vigencia del término Reconquista

La potencia ideológica del término Reconquista ha vuelto a saltar a la política española a través partido de ultraderecha español Vox, que escogió Covadonga para arrancar la campaña electoral en las pasadas elecciones generales de abril. Lo hizo con un megáfono en la mano rodeado de banderas españolas y apelando al simbolismo de Covadonga. Era una forma de mostrar que el partido ultraderechista con reminiscencias franquistas iniciaba una “reconquista” del poder en España.
Los historiadores cuestionan también el concepto de reconquista en el hecho de que se toman ciudades como Granada que fue fundada por los musulmanes y que en época visigoda no existían, como recuerda García Sanjuán. Ese proceso de expansión de los reinos cristianos hacia el sur de la Península Ibérica se prolonga a lo largo de casi ocho siglos, lo que significa que durante enormes periodos de tiempo y durante varias generaciones no hubo guerra sino convivencia. “Reducir el período medieval peninsular a ocho siglos de Reconquista constituye una enorme simplificación”, dice García Sanjuán.
“Fue un territorio multicultural y multirreligioso” que además de generar graves conflictos también dio lugar a “formas singulares de simbiosis cultural: “los cristianos y judíos que vivían bajo dominio musulmán llegaron a arabizarse por completo mientras que los musulmanes que vivían bajo dominio cristiano (mudéjares) construyeron iglesias cristianas que incorporan elementos de la estética artística islámica, reflexiona García Sanjuán.

Alejandro García Sanjuán, Universidad de Huelva

“A veces, determinados términos historiográficos caducan y se olvidan. Esto sucedió con el de la ‘España musulmana’”

Catlos añade que “hasta el siglo XI cuando comienza el declive de la hegemonía musulmana en la Península Ibérica era costumbre que los gobernantes y magnates cristianos del norte enviaran a sus hijas a casarse con la élite andaluza, incluido la familia del califa”. Ruiz-Domènec explica que es proceso se da porque “la aristocracia goda percibe que es un buen negocio relacionarse con la aristocracia árabe y se casan entre sí” puesto que “ese concepto que nosotros tenemos de división étnica en aquella época no se daba con esa fuerza. Hubo una gran asimilación y confusión porque no estaban las líneas tan claras”.
Eso mismo sucedía con los militares como el conocidísimo personaje de El Cid -al que acaba de dedicar una novela Arturo Pérez-Reverte- quien mostró una extraña forma de convivencia. José Luis Corral recuerda que el llamado Rodrigo Díaz de Vivar no fue el héroe cristiano de la Reconquista que muchos creen sino un soldado de fortuna, un mercenario que alquilaba su espada al mejor postor: “llegó a luchar al lado de los musulmanes en varias ocasiones contra los cristianos”.

Ortega y Gasset

“No entiendo cómo se puede llamar reconquista a una cosa que dura ocho siglos”

Muchos intelectuales han defendido desde hace años esa idea de convivencia alejada de la imagen de una feroz reconquista militar. En 1921 el propio José Ortega y Gasset aseguró en su “España Invertebrada”: “no entiendo cómo se puede llamar reconquista a una cosa que dura ocho siglos”. Otros profesionales actualmente como el catedrático de la Universidad de Extremadura, Francisco García-Fitz , defienden la plena vigencia del término Reconquista.
Aún así en los libros de texto de los estudiantes se ha sustituido en muchos de ellos. “A veces, determinados términos historiográficos caducan y se olvidan. Esto sucedió con la ‘España musulmana’, concepto que hoy ya nadie utiliza, porque definimos esa realidad histórica como ‘Al-Andalus’. Lo mismo podría decirse de la Reconquista, que es perfectamente prescindible, ya que basta con aludir a la conquista cristiana de al-Andalus”, precisa García Sanjuán.
Quiza la Reconquista con mayúscula sufra ese proceso. Por ahora lo más reciente es que en el último diccionario de la RAE la toma de Granada ha pasado de ser considerada como el epílogo de la Reconquista a la culminación. Habrá que esperar a la próxima edición del diccionario.

martes, 3 de diciembre de 2019

El Ayuntamiento de Tomares cierra la Banda Sinfónica, por el impago de la subvención y el desvío de la misma.



Indignación, repulsa y condena por el engaño y el fraude:


La Academia de la BANDA SINFÓNICA MUNICIPAL DE TOMARES con más 200 alumnos ha cerrado hoy sus puertas tras más de 10 años por impago por parte del Ayuntamiento de Tomares de la subvención. Hoy es un día muy triste para la Cultura en Tomares. Compromiso político cero....

#tomarescomoatitegusta

#tomares






lunes, 18 de noviembre de 2019

Las escritoras de Al Ándalus que nunca estudiaste


 

Fuente:  http://lapoderio.com/2019/10/25/escritoras-al-andalus/

Este texto está en la sección La Corrala, el patio de vecinas de La Poderío donde cada una charlotea, cascarrilla y pone colorá lo que sea mientras le da el fresquito o el sol en la cara. Más agustito que te quedas, oú. Eso sí, La Poderío no se hace responsable de lo que opinan las autoras y autores, solo apoya la participación de las lectoras como espacio de libre expresión. Puedes enviar tus artículos a ole@lapoderio.com. Otra cosa, antes de hacernos las propuestas pedimos que leas nuestro ideario.

Antonio Manuel./ @antoniomanuel__
Cuando te enteraste de lo mucho que te quiero
y supiste el lugar que ocupas en mi corazón,
y cómo me dejaba arrastrar por el amor, sumiso,
Yo, que a nadie más que a ti consentí que me arrastrara,
Te alegraste de que el sufrimiento cubriera mi cuerpo
y de que el insomnio pintara de negro mis párpados.
Pasa tus miradas por las líneas de mis cartas
y verás mis lágrimas mezcladas con la tinta.
Cariño mío: mi corazón se deshace
De quejarse tanto a un corazón de pura piedra
. Wallada bint al Mustakfi

Hay un desván en el olvido donde la oscuridad es más oscura que las alas de los cuervos. Un agujero negro en la memoria donde no alcanza la luz porque alguien cerró la puerta al recuerdo. Una cueva en el corazón donde se confinó el dolor por la ausencia de las mujeres en los libros de historia. Pues muy lejos de allí, en el rincón más desatento y profundo de ese desván que casi nadie conoce, todavía esperan las mujeres de Al Ándalus a que abran la puerta. 
De niño soñaba con ser escritor. En verdad, todavía lo sueño para sentirme niño. Apenas tenía ocho años y ya mataba las tardes mal juntando letras en el patio de mi abuela, rodeado de macetas y paredes encaladas, de aromas y colores, siempre limpio y fresco, utilizando como plantilla “Las moradas” de Teresa de Jesús, escritas cuando aún era maldita y no santa. Sobra decir que no alcanzaba a entender un átomo de la trascendencia espiritual que contenían sus embriagadas palabras. Me limitaba a copiarlas cambiando algunas con la misma ignorancia de quien sustituye una epigrafía de la Alhambra por un azulejo de su cuarto de baño.
Con el tiempo, leyendo a Luce López-Baralt, aprendí que la mística cristiana que persiguió la Inquisición bebía del mismo manantial que el sufismo islámico que persiguieron los ulemas. Todos los fundamentalismos carecen de fundamento. Y todos, sin excepción, confunden el amor propio con el odio ajeno. ¡Cómo no iban a perseguir los que rechazan al otro por distinto a quienes veneramos al amante en cualquiera de sus manifestaciones y formas!

Tampoco supe darme cuenta entonces que los protagonistas de mis libros escolares de literatura eran abrumadoramente hombres que escribían en castellano. Aun así, en un gesto de rebeldía inconsciente, tomé como referencia para aquellos poemas infantiles a la primera mujer que aparecía en sus páginas con nombre propio: “La flamenquísima y enduendada santa Teresa de Jesús”, como la describía Federico García Lorca, “flamenca no por atar un toro furioso y darle tres magníficos pases, que lo hizo, ni por presumir de guapa delante del pobre fray Juan de la Miseria, ni por darle una bofetada al nuncio de Su Santidad, sino por ser de las pocas criaturas cuyo duende la traspasa con un dardo, queriendo matarla de puro amor por haberle quitado su último secreto expresivo: el puente que une los cinco sentidos con ese centro en carne viva, en mar vivo, del Amor vivo libertado del Tiempo”. 
«Consideradas como analfabetas para los estúpidos ilustrados que confunden conocimiento con erudición, pero cultísimas para el pueblo que custodia el saber y el sentir en las bibliotecas de la sangre y del alma». 
El mismo centro al que siguieron cantando durante siglos otras mujeres como la Serneta o la Niña de los Peines, igual de extasiadas y Flamencas, demostrando que aquellos versos de plata y vino que hilvanaban los corazones del Amante y del Amado pertenecían a las gargantas de todas las mujeres que desafiaron al olvido. Consideradas como analfabetas para los estúpidos ilustrados que confunden conocimiento con erudición, pero cultísimas para el pueblo que custodia el saber y el sentir en las bibliotecas de la sangre y del alma. 
A menos que me falle la memoria, no recuerdo otro nombre de escritora que le precediera. Pero las hubo. Desterradas de los libros de historia por la misma razón que intentaron extrañarlas de la tierra donde parieron a sus hijas y nacieron de sus madres. Condenadas al ostracismo por ser mujeres, con el agravante añadido de no ser hijas legítimas de la conquista. Malditas por gitanas, por negras, por esclavas, por marranas, por moriscas, por herejes, por distintas. Y extranjerizadas en su propia matria por haber cometido el delito de rezar a un dios equivocado y escribir en una lengua equivocada. A pesar de todos los esfuerzos del poder patriarcal del nacionalcatolicismo por enterrarlas en el desván más oscuro del olvido, se salvaron gracias a la luz de sus poemas.

Al igual que ahora, no hubo una mujer en Al Ándalus. La diversidad étnica, religiosa, jurídica, social o cultural nos impide esbozar un modelo único de la condición femenina andalusí. Además de las diferencias lógicas en cada momento histórico durante su vigencia política, existieron tantas mujeres en Al Ándalus como nativas conversas, mozárabes, judías, ricas y pobres, esclavas y libres, esposas y concubinas, santonas y paganas, de las ciudades y de las alquerías, negras, blancas o bronces. Y cada una distinta de las demás con su universo dentro. A diferencia del resto de la Europa medieval, con todos los reparos ciertos que podamos hacer a la sociedad patriarcal y a la carencia de una verdadera emancipación, en Al Ándalus existieron mujeres sabias, maestras de maestros, escritoras, médicas o astrónomas. Aunque se contaron por miles, desgraciadamente, las escasas fuentes clásicas que nos quedan sólo constatan 116, de las cuales 35 eran poetas que nos legaron poco más de cien poemas. Sé que es ridículo para la enorme aportación vital y cultural de las mujeres andalusíes. Pero constituye un oasis luminoso en el océano de sombras de la mujer medieval europea. Y lamentable, incomprensible y vergonzantemente desconocido en España y Andalucía.     
«Siempre me emociona reivindicar que los versos de Hassana contra una injusticia perpetrada por el gobernador de Elvira ejercieron de altavoz del pueblo».
Quizás las más nombradas sean Rumaykiya, esclava del rey de Sevilla al Mutamid, que tras enamorarse perdidamente de ella en Silves la hizo su esposa legítima con el nombre de Itimad, hasta su muerte en el destierro de Agmat. Blas Infante descubrió sus tumbas y les dedicó una obra de teatro que prohibieron representar en los años 20 por “islamista”, reparándose la herida hace apenas unos años. O la cordobesa Wallada, amante de sus amantes, inaccesible y libre, de la que mi amiga del alma Matilde Cabello escribiera una bellísima novela. Si de Wallada sólo conservamos nueve poemas, pocos más han llegado a nuestros días de Sara al Halabiyya y Hafsa al Rakuniya. Salvo el maravilloso caso de la recitadora de versos analfabeta de Vélez al Ballisiyya, la mayoría de nuestras poetas fueron mujeres hurras o libres que accedieron a las fuentes del saber y de la literatura por su pertenencia a familias nobles de hombres acaudalados, juristas o incluso de la propia corte, como las princesas Tamina, Umn al Kiram, Butayna o la misma Wallada.  Por esa razón, no debiera sorprendernos que la temática de sus poemas estuviera más cerca del panegírico político que del canto a Dios o al amado. Dicho esto, siempre me emociona reivindicar que los versos de Hassana contra una injusticia perpetrada por el gobernador de Elvira ejercieron de altavoz del pueblo.
Pero sus cotas más elevadas y revolucionarias las encontramos en los poemas sobre los celos hacia otras mujeres libres o esclavas; a las borracheras de amor y vino con sus amantes, fueran hombres o mujeres; a sus cartas de reproches y odios; a las sátiras contra los desprecios recibidos y a las fajr o autoalabanzas por los desprecios propios; a los versos en los que describen al detalle actos sexuales en plena madrugada… Nada de esto se estudia en nuestros libros de texto donde casi nada se estudia de Al Ándalus. El doble silencio sobre unas mujeres que hicieron historia nos exige redoblar nuestras voces para que vuelvan a ser admiradas. Algún día se estudiará en Andalucía con naturalidad y como nuestros “El collar de la paloma” de a Ibn Hazm o “Fuente de Vida” de Ben Gabirol. Y ese día con el que sueño, espero que ocurra lo mismo con los poemas de Wallada o con los de su discípula Muhya Bint at-Tayyaní, hija de un vendedor de fruta, que entre la admiración y el odio escribió estos versos sobre su maestra, ejemplo de una luz y de una libertad sin parangón en la Europa medieval:
Wallada ha dado a luz y no tiene marido,
se ha desvelado el secreto,
ha imitado a María
mas la palmera que la virgen sacudiera
para Wallada es un pene erecto.

Otto Engelhardt, ilustre personaje del Aljarafe Sevillano que dijo Adiós al fascismo

 

Un telegrama a Hitler desde San Juan de Aznalfarache 

Fuente:  https://www.diariodesevilla.es/sevilla/Otto-Engelhardt-telegrama-Hitler-San-Juan-Aznalfarache_0_1409859260.html

¿Quién pudo enviar un telegrama el 6 de agosto de 1934 desde San Juan de Aznalfarache al mismísimo Adolf Hitler ordenándole la clausura de los campos de concentración? Este episodio histórico, verídico y documentado, es tan insólito como la vida de su protagonista: Otto Engelhardt, una figura que fue clave para la Sevilla de la primera mitad del siglo XX, pero sobre la que cayó una pesada losa de olvido el 14 de septiembre de 1936, día en el que fue fusilado.
El personaje es de película. Tal es el potencial de su historia que ha sido ya llevada al cine a través de un largometraje documental de Ricardo Barby con material, sin duda, para hacer no sólo una película, sino toda una serie. Un trabajo que se presentará el próximo domingo en el Festival de cine de Braunschweig, cosas del destino, la ciudad donde nació Engelhardt. Y que ha permitido, además, arrojar luz sobre la vida de este alemán de nacimiento y sevillano de corazón.
Relatos que han sido un misterio hasta hace muy pocos años para su propia familia. "Mi abuela Teresa, que era su nuera, era quien reunía a los pequeños de la familia y nos contaba muchas historias, pero yo era muy pequeña, lo que sé me lo transmitió mi hermano Conrado", comenta Ruth Engelhardt, bisniesta del alemán, cuyo retrato vestido de cónsul ha presidido siempre su salón familiar. Hasta hace una década ni siquiera era capaz de distinguir qué había de verdad y leyenda en esos relatos. "Empecé a reconstruir la historia desde el final, desde su fusilamiento en el 36", apunta, explicando que fue el contacto con una asociación de memoria histórica quien la animó a escribir el primer microrrelato sobre su bisabuelo. 
Cuando hace ya tres años el equipo del documental empezó a trabajar en él, sólo había trascendido que Otto Engelhardt había sido un alemán fusilado en el 36 en Sevilla por sus críticas al nazismo y poco más. Y en ese contexto se produjo el encuentro con la familia y el historiador Carlos Font, los únicos que, por separado, habían indagado en la figura del alemán. Todos han participado en la cinta que, sin pretenderlo, ha logrado ir borrando lagunas históricas gracias a un arduo trabajo de investigación por los distintos archivos europeos que sigue produciendo nuevas revelaciones y sacando a la luz documentos insólitos. 
Hay que hacer una elipsis para conocer bien la historia. Sevilla, 1894. Un ingeniero que trabajaba para AEG, la compañía eléctrica alemana, llega a la ciudad con el encargo de crear la Compañía Sevillana de Electricidad, fundada con capital germano. Otto Engelhardt fue el primer director de dicha empresa, hoy absorbida por Endesa. Un gestor de éxito que impuso una estrategia que multiplicó por cinco el crecimiento de la compañía en pocos años y que gozaba de la gratitud de sus propios empleados. La prueba, que existe, es un libro de firmas que le regalaron en 1910 sus empleados, uno de los escasos documentos que hacen referencia a él en la actual empresa. 
Este alemán trajo a Sevilla el alumbrado público y la electrificación del transporte en una época en la que el tranvía era tirado por mulas. Este segundo cargo le valió el apodo popular de Otto el de los tranvías.

"Era un personaje querido y nos gusta recordar que trajo la modernidad a esta ciudad", apunta su bisnieta mientras enseña la Medalla de Isabel la Católica que le entregó Alfonso XIII cuando engalanó un coche y tres jardineras del tranvía para recaudar fondos para los heridos en Melilla durante la guerra del Rif, en 1909.
El gobierno alemán cuidó a su súbdito y en 1903 el káiser Guillermo II lo nombró cónsul honorario del Imperio Alemán en Sevilla, donde participaba muy activamente de la vida social. Su bisnieta guarda en su casa con celo el uniforme que lucía como diplomático. "Era un puesto simbólico, no de carrera, pero el cónsul Engelhardt vivió el cataclismo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y el embajador alemán en Madrid, el Conde de Rattibor, lo reclutó para el servicio de información alemán en Andalucía aprovechando su red de contactos, su posición económica y su buen nombre", explica Font que, entre sus hallazgos como investigador, cuenta con anotaciones de los pagos que Engelhardt hacía a empresarios, periodistas y otros destacados personajes de la época. 


Los aliados también vigilaron al cónsul, que fue acosado en esta etapa y que ya se reveló como un personaje libre y comprometido, según un episodio confirmado a raíz de una carta que envió al presidente de la República alemana en 1929, el mariscal Hindenburg, donde critica al Gobieno alemán y le reclama los servicios que él había prestado como informante, sacando a relucir una anécdota con un submarino, otro dato histórico insólito. "Un capitán de la Marina Imperial alemana llevó al consulado alemán en Sevilla una serie de bombas pesadas y cartuchos de dinamita con la intención de lograr la aquiescencia del consulado alemán para atentar contra los barcos españoles que salieran del puerto de Sevilla", relata Font. La discusión fue de alto calibre y Engelhardt, tras la bronca, se deshizo de los explosivos tirándolos en un punto indeterminado del Guadalquivir, por Gelves al parecer. "Si ese episodio hubiese prosperado, ¿cómo habría afectado a la neutralidad española?", se preguntan hoy sus familiares.
Otto entendía que su papel de cónsul era para misiones de paz, no de guerra. Su valentía queda fuera de toda duda, aunque hay historiadores que apuntan que su cargo de cónsul honorario facilitaba esa libertad que no todos tenían en esos momentos.
A partir de esa fecha, los desencuentros con el gobierno alemán cada vez eran más evidentes. Los aliados también lo acosaron y desprestigiaron hasta conseguir que dimitiera de sus cargos, también como director de Sevillana, en 1919.
El final de la guerra también supuso la ruina para Engelhardt que, como buen emprendedor que había demostrado ser, se reinventó y fundó unos laboratorios farmacéuticos en San Juan de Aznalfarache: Sanavida, nombre que resuena en el subconsciente de los sevillanos cuando se explica que, entre otros productos, fabricaba el Ceregumil y otros vigorizantes. Font ha encontrado en los archivos fotografías donde el alemán posa en un stand para promocionar sus productos en la Exposición del 29. 
Engelhardt había sufrido un gran desengaño con su país y no lo ocultaba. Esto lo llevó a transformarse en un hombre de talante liberal, pacifista convencido y republicano, comenta Font, convencido de que el alemán encontró en España lo que no vio en la antigua república alemana y de ahí su fervor por la II República española.
Es paradójico cómo algunos escritos del alemán acaban con un ¡Viva España!  Se comprueba en su autobiografía Adiós Alemania (1934), de la que se conserva un facsímil actualmente depositado en el Archivo General de Andalucía en la que declara: "Como España es el primer país que en su Constitución republicana se afrenta contra el crimen de la guerra, exclamo con todo corazón, ¡Viva España!". 
Otto Engelhardt llegó a devolver las muchas condecoraciones y medallas concedidas por el Gobierno alemán y en 1932 obtuvo la nacionalidad española, un año antes que de Hitler fuera nombrado canciller. Ya vivía en Villa Chaboya, que, pronto, se convirtió en objetivo del espionaje porque el ingeniero alemán no dudó en combatir con fuerza desde el primer momento al nazismo.
El ex cónsul empezó a publicar artículos en la prensa de la época, muchos en El Liberal dirigido por José Laguillo, en los que sin rubor llega incluso a caricaturizar al führer. En uno de los artículos escritos en este diario el 15 de octubre de 1932, titulado La Dictadura en Alemania, concluye: "Gracias a Dios que vivo ahora como ciudadano español, bajo la protección de un Gobierno que está tan lejos del fascismo como yo de Hitler y sus príncipes. ¡No dejo de amar a mi Alemania y deseo para ella de corazón que vengan pronto días felices sin Hitler, sin barones y príncipes; días republicanos de verdad..." Engelhardt fue uno de los primeros en ver los peligros del nazismo, pero no de lo que llegaría luego a España después de la II República.
La investigación ha permitido también localizar anuncios en la prensa donde Otto ofrecía su casa a los alemanes necesitados de exilio. Su faceta de pacifista se refuerza con la aparición de documentos que lo señalan como impulsor de una iniciativa ciudadana "Pro Sevilla, ciudad de la contraguerra" en 1932.
Otra anécdota que recuerda su nieto Conrado y que recoge su personalidad rebelde se sitúa en una de las visitas que el Gran Zeppelin hizo a Sevilla. Mandó ondear en Villa Chaboya la bandera republicana alemana y con un megáfono gritó a su paso  "¡Abajo el gobierno fascista alemán!". La citada autobiografía, Adiós Alemania, lleva como subtítulo "con sus barones y fascistas". Su provocación máxima fue cuando dirigió un telegrama urgente a Hitler, con fecha de 6 de agosto de 1934, ordenándole la clausura de los campos de concentración. El excepcional documento fue localizado por el historiador Carlos Font dos días antes de concluir el rodaje del documental. No satisfecho, dio un paso más y, dispuesto a denunciar ante todo el mundo los métodos nazis, en 1935 dirige de nuevo una carta extensa a "Herr Adolf Hitler, Führer del pueblo alemán", que es toda una declaración a favor de los derechos humanos. 
Todos estos documentos, al igual que las fotografías cedidas por la familia serán depositados en breve en el Archivo General de Andalucía con la intención de crear un fondo que pueda ser consultado por todos los investigadores, una opción que permitirá arrojar de seguro nuevos datos sobre el personaje.

Tras comenzar la Guerra Civil española, fue ingresado por una flebitis en el Hospital de las Cinco Llagas: sala San Cosme, cama número 37, según se recoge en la documentación. En la que es hoy la actual sede del Parlamento andaluz, en uno de sus patios, se repuso el año pasado una placa que en su día lució en la sala San José, hoy ya no existe, en agradecimiento al alemán por sus donaciones.
Otto Engelhardt recibió el alta el 12 de septiembre de 1936 de manera repentina, pues seguía enfermo, y tras ser detenido y retenido, en aplicación del bando de guerra del general Queipo de Llano, en la Delegación de Orden Público, fue fusilado el 14 de septiembre de 1936, se cree que en el Cementerio de San Fernando de Sevilla. Su cadáver, como el de otras víctimas de la Guerra Civil, reposa en una fosa común. Tenía 70 años y su oposición al nazismo le costó la vida.
Otto se había casado en Sevilla en segundas nupcias con Mercedes Granados (su primera mujer, Ana Holtz, no tuvo un final feliz), que tuvo tuvo que convivir con registros de la Gestapo y hasta con los soldados alemanes de la Legión Condor que se alojaron en su casa, según relata el historiador Carlos Font. Conrado Engeldhart, el padre de Ruth y nieto del ingeniero que desafió a Hitler, era un niño de muy corta edad cuando se sucedieron estos acontecimientos que lo marcaron. "Mi padre vivió registros, oía los fusilamientos a veces desde su casa y tuvo que hacer la comunión a las siete de la mañana por ser nieto de rojo", comenta Ruth.

En la familia Engelhardt se cuenta que Mercedes guardaba una botella de champán para cuando cayese Franco, pero murió antes. Y se hizo un silencio que se ha roto siete u ocho décadas después. "Y ahora no vamos a parar", añade Ruth mostrando la declaración de reparación y reconocimiento personal que le entregó a la familia el Ministerio de Justicia en 2011 tras acreditar que Otto Engelhardt sufrió persecución y violencia por razones políticas e ideológicas y fue injustamente ejecutado. "Hay cosas que no se pueden olvidar, no es resentimiento, es que somos muchas familias las que intentamos rescatar del olvido a nuestros seres queridos, asesinados por el terror, por un sinsentido", comenta Ruth convencida de que el tema de la recuperación de la memoria histórica se entiende mejor en Alemania que en España.
En tierras germanas se presentará la semana que viene el documental de Ricardo Barby, que se estrenó en primavera en San Juan de Aznalfarache y que ahora irá al festival de cine de Braunschweig (en el de cine europeo de Sevilla, que concluye estos días, no ha tenido cabida para pesar de sus autores). Días antes lo hará en el Festival de Zaragoza y antes de que acabe noviembre en Montaverner (Valencia). Entre enero y febrero la cinta se pasará por festivales en México y Venezuela. Y se espera que Canal Sur, que ha colaborado en la producción y tiene los derechos, emita el documental antes de que finalice el año. El mejor altavoz para una historia que aún tiene mucho por descubrir. 
 

jueves, 10 de octubre de 2019

España

Fuente: https://ctxt.es/es/20191002/Firmas/28771/Santiago-Alba-Rico-nacion-Espana-memoria-tribuna.htm#.XZ4AWGImpaK.twitter

Santiago Alba Rico


Nuestras élites, de derechas y de izquierdas, siguen pensando España como una guerra (o dos o tres), y en tiempos de crisis arrastran al electorado a la batalla.

Me gusta pensar en España desde los Pirineos.

Hacia el año 870 una princesa cristiana de Bohemia de nombre Orosia entró en la península ibérica por la cordillera pirenaica para desposar a un caudillo visigodo. Interceptada la comitiva por una mesnada musulmana –cuenta la leyenda– su cabecilla propuso matrimonio a la cautiva y, ante el rechazo de esta, la mandó torturar y decapitar. Orosia es hoy la patrona de Jaca y una de las mártires del santoral español. Lo que no dice la Wikipedia es el nombre del cabecilla musulmán: Mohamed Ibn Lupo de Tena, que obviamente no procedía de la Meca sino que era un nativo peninsular convertido al islam, hijo del cercano valle de Tena. Orosia era una ocupante extranjera; su verdugo era, si se quiere, “español”.

Es el centro mismo del imperio, pobre y despoblado, el que ha pagado las consecuencias de “su” victoria en las dos guerras civiles, la de religión y la germánica, al tiempo que, por eso mismo, obstaculiza políticamente cualquier reconstrucción nacional

En Roncesvalles, como sabemos, se libró en 778 una conocida batalla en la que el ejército de Carlomagno sufrió su primera derrota. Esta derrota y la muerte de Roldán, sobrino del emperador, dio lugar a un sinnúmero de leyendas, quintaesenciadas en la famosa Canción de Roldán, poema épico que forma parte del canon literario francés y que impuso el relato histórico de una gran cruzada contra los musulmanes. Pero la derrota del ejército carolingio nada tuvo que ver con los musulmanes. Las tropas francas venían de intentar establecer una “marca carolingia” en la península y, tras saquear Pamplona, estaban a punto de cruzar los Pirineos cuando fueron emboscadas y diezmadas por un pequeño grupo de vascones ávidos de venganza. Hoy el diminuto y oprimente pueblo de Roncesvalles, en Navarra, exhibe grandes monumentos –incluido un silo de Carlomagno– que orientan la atención hacia la guerra de religión contra los musulmanes y no hacia el famoso hecho de armas acaecido en el valle. En la colegiata gótica donde está enterrado Sancho el Fuerte de Navarra, por ejemplo, se recuerda a los visitantes su participación junto a los reyes de Castilla y de Aragón en la batalla de Navas de Tolosa (¡en Jaén y en 1212!), decisiva victoria sobre los almohades de Miramamolín. Los descendientes de esos reyes de Castilla y de Aragón, dicho sea de paso, conquistarían Navarra trescientos años más tarde, último reino peninsular en caer en manos de los Reyes Católicos (quince años después de Granada). Lo que quiero decir es que el ejército carolingio, con el que se identifican las glorias de nuestra españolísima “reconquista”, era un ejército ocupante mientras que los vascones eran, si se quiere, nativos “españoles”, a los que se niega o escatima esa hazaña.

En tiempos de Orosia y de Roncesvalles no existía España, que fue el resultado trabajoso y fallido de una doble guerra: una guerra de religión entre musulmanes y cristianos y una guerra civil entre ocupantes germánicos. La larga guerra contra los musulmanes, en buena parte conversos bereberes o hispanorromanos, ocultaba ambiciones territoriales, pero movilizó a toda Europa y no podía acabar en ninguna forma de acuerdo o compromiso. La guerra civil germánica, que se solapó con la primera, terminó con el sometimiento de todos los reinos peninsulares, musulmanes o cristianos, al dominio de los Reyes Católicos. España nació cristiana y castellana; y con esos mimbres sólo se podía construir –como bien explica el profesor Villacañas– un imperio. Su acta fundacional es la expulsión de los judíos y la erradicación del islam (cuyo colofón fue el decreto contra los moriscos, oficialmente cristianos, en 1609), así como la conquista de América, a donde se trasladó el apóstol Santiago en su caballo blanco, una vez derrotados los moros, para echar una mano contra los indios. Los que hoy reivindican España desde la derecha no están reivindicando una nación sino su papel victorioso en un imperio insostenible. Cualquiera que se dé una vuelta por los Pirineos, de este a oeste o viceversa, se percatará –por lo demás– de las consecuencias desastrosas y paradójicas de este imperio fallido: Aragón, cuna de España y tumba de sí misma, absorbida en Castilla, boquea con dificultad, llena de historia y vacía de gente, entre dos naciones opulentas, Navarra y Catalunya, las derrotadas de la guerra civil germánica. Más al sur Andalucía, sombra ilusoria de Al-Andalus, la otra gran derrotada por el imperio castellano, ha mantenido sin embargo una fuerte personalidad política e institucional (como lo demuestra su acceso a la autonomía en virtud del artículo 151). He aquí la paradoja: resulta que es el centro mismo del imperio, pobre y despoblado, el que ha pagado las consecuencias –culturales y económicas– de “su” victoria en las dos guerras civiles, la de religión y la germánica, al tiempo que, por eso mismo, obstaculiza políticamente cualquier reconstrucción nacional.

La guerra de religión prosiguió después de 1492 contra erasmistas, herejes y brujas y más tarde contra ilustrados y socialistas. La guerra civil germánica continuó asimismo, enredada con guerras de sucesión y rebeliones anticentralistas. Una y otra –la de religión y la germánica– mezclaron sus cartas en conflictos ideológicos y sociales durante el siglo XIX y principios del XX: pensemos en las guerras carlistas y en la guerra civil española (1936), que fue “española” paradójicamente porque fue “mundial”. Con excepción del breve período de la lucha por la independencia frente a Napoleón (1808-1812), estas dos guerras internas han impedido la construcción de una nación: no lo es ni en sentido antropológico ni en sentido democrático. Los que reivindican esta no-nación, cuya síntesis es la monarquía borbónica, lo suelen hacer mezclando y reactivando las dos guerras, hasta el punto de que la función “musulmán” la ejercen hoy, más que los inmigrantes musulmanes (que también), los germánicos catalanes que reivindican la separación de España sin entender que es imposible emanciparse de un país que no existe. Incluso para eso habría que construirlo. ¿Es una pretensión realista?


La función “musulmán” la ejercen hoy, más que los inmigrantes musulmanes (que también), los germánicos catalanes que reivindican la separación de España sin entender que es imposible emanciparse de un país que no existe

No será fácil. Las élites de la derecha germánica (incluidas las catalanas) siguen pensando la lucha por España y la lucha contra España en términos de guerra de religión y de guerra civil medieval. El PSOE, partido monárquico y nacionalista español, ha buscado beneficios partidistas en el conflicto sin atreverse nunca a una revisión constitucional de esta no-nación, pese a contar varias veces con mayorías sociales y electorales en las últimas décadas. Lo malo es que, a fin de mantener ese imperio, fallido y además perjudicial para sus vencedores pasivos, y de impedir la construcción de una nación, ha hecho falta un ininterrumpido ejercicio de violencia y dictadura, regla fatal de nuestra historia común. Franco comprendió muy bien este engendro e intentó crearla de un solo golpe (la nación) fabricando de cero un español nuevo, un “hombre nuevo”, cuya condición era la eliminación de la mitad de los españoles (la llamada anti-España). En cuanto a la izquierda más radical, derrotada histórica de todas las guerras, ha acabado cediendo, contra el imperio fallido y la nación malograda, al obrerismo o al cosmopolitismo, fascinada a menudo, en su creciente provincianismo, por las luchas periféricas y despreciando siempre las tierras de Castilla (en sentido lato) y a sus gentes; y renunciando, en nombre de una cultura más verdadera o refinada, a la cultura de la mitad de España. Nuestras élites, de derechas y de izquierdas, siguen pensando España como una guerra (o dos o tres), y en tiempos de crisis arrastran al electorado a la batalla. Como casi siempre, esta España reaparece en el costado de una gran crisis económica y una gran crisis institucional europea.

Nuestros Pirineos están jalonados de hermosas iglesias románicas que hay que conservar, de altas torres y atalayas belicosas que no debemos derribar, de grandes palacios fronterizos que señalan viejas costuras sin hilvanar. El problema de la memoria –y aún más el de la mitológica– es que deja robustos rastros materiales: monumentos, castillos, catedrales, que mienten u ocultan otros relatos (y otros edificios). No hay que tocarlos. Los necesitamos para pensar. No pueden contar cualquier historia, pero sí algunas historias diferentes; permiten escoger, sobre todo, entre narrar la historia de una victoria o la historia de un conflicto. Si los gestores de piedras vivas, como los gestores de discursos muertos, no se inclinasen interesada e ideológicamente por la primera opción, algún día las piedras de España (junto a otras recuperadas bajo las ruinas de la doble guerra prenacional) contarían la historia de un conflicto superado. Nunca hemos estado más lejos de eso. Quinientos años no es nada y podemos seguir así otros quinientos, unas veces mal, otras veces peor, a remolque de Europa y de nuestras élites irresponsables, mucho más belicosas e ideológicas que nuestros pueblos, los cuales no asocian las iglesias, los castillos y los palacios a ninguna guerra presente, pero que sufren las consecuencias materiales –y políticas– de esta eterna guerra de religión contra los “musulmanes”, como quiera que se llamen en cada época, y de esta eterna guerra civil germánica que la no-nación, cuyo seudónimo fue Imperio y ahora es Estado, libra contra sus ciudadanos.

lunes, 12 de agosto de 2019

Manifiesto leído en el acto en memoria del asesinato de Blas Infante por Antonio Manuel


Ya llegan los recuerdos de una tarde,
los cuatros rumbos y gritos de un fusil cobarde
Llegan camino de Sevilla a Carmona
en una madrugada cargada de angustias,
con un cansancio de polvo asfixiante,
un sol que arde en los caminos,
y que cuando se va ocultando tras el monte
parece que arde
y arden los ríos, los ríos de mi sangre
y que sabe nadie y que sabe nadie…

En la fragua, las chicharras machacan sobre el yunque su cante
y van rompiendo pedazos de la tarde
y salpican cantos puntiagudos de carne
y yo aquí quieto y exhausto en una madrugada
que tomó un rumbo cobarde,
quieto pero lleno de blanco
quieto con mi puño en verde
quieto sobre mi sombra y con las alas de quien sabe nadie,
con los brazos extendidos,
el puño de mazo, el pecho desnudo
y las venas abiertas al aire.


Llegan los recuerdos con los cuatro rumbos de la tarde,
salpicando lágrimas, sobre el mar,
el monte y el valle.
¡Viva Andalucía Libre!
y asesinaron a Blas Infante.

Antonio Llamas (Poeta, Priego de Córdoba)

Hermanas y hermanos andaluces:

Aquí asesinaron a Blas Infante. Justo debajo de vuestros pies, declarado lugar de la memoria democrática de Andalucía por acuerdo del Consejo de Gobierno de 30 de diciembre de 2011. Aquí asesinaron a Blas Infante. Reconocido por unanimidad como Presidente de Honor del Parlamento de Andalucía en el pleno celebrado el 12 de mayo de 2010. Aquí asesinaron a Blas Infante. A quien todos los grupos parlamentarios declararon Padre de la Patria Andaluza el 14 de abril de 1983, y así consta en el preámbulo de nuestro Estatuto de autonomía, aprobado por el Parlamento de Andalucía, las Cortes Generales y refrendado por el pueblo andaluz. Aquí asesinaron a Blas Infante. A quien debemos nuestro himno, nuestro escudo, nuestro lema, y nuestra bandera que ondea en todas las instituciones públicas de Andalucía. Aquí asesinaron a Blas Infante. Hace 83 años.

Pero sus huesos no están aquí, ni enterrados con la dignidad que todo ser humano merece. Quizá se hallen en la fosa común de Pico Reja en Sevilla, junto con los de miles de víctimas de la represión franquista, cuya exhumación será posible gracias a una tardía, insuficiente pero necesaria ley de memoria democrática, aprobada sin oposición de ningún grupo político en el Parlamento de Andalucía. Mientras en el panteón de París descansan las personas más ilustres de Francia, Blas Infante, García Lorca y tantos otros hombres y mujeres de luz lo hacen en las cunetas más oscuras de Andalucía. Aquí asesinaron a Blas Infante. Y todavía seguimos esperando que se restituya su honor y se declare nula la sentencia infame que lo condenó a muerte el 4 de mayo de 1940, dictada por el Tribunal de Responsabilidades Políticas, cuatro años después de su asesinato.

Porque nos duele que cortaran las alas a un hombre bueno e inocente que abría las jaulas para liberar a los pájaros, desde la Fundación Blas Infante, exigimos que este acto en su memoria, ciudadano, plural, abierto y sobrio, no tenga más protocolo que la libertad y el respeto hacia sus familiares presentes y no presentes (en especial, su hija y presidenta de nuestra Fundación, María de los Ángeles Infante y a nuestro Vicepresidente de Honor, Pedro Ruiz-Berdejo), así como hacia los familiares de quienes fueron asesinados junto a él en este mismo sitio. No podemos pedir respeto intelectual hacia quienes, desde su fundamentalismo ignorante, desprecian a Blas Infante, al pueblo andaluz, a nuestras instituciones y a nuestras normas fundamentales. Pero sí que os rogamos silencio e indiferencia para no caer en su provocación insolente. No es el lugar ni el día. No es su lugar ni su día. Pero sí son los nuestros.

Porque hoy y aquí, como llevamos haciendo más de 30 años, reivindicaremos su legado y su actitud vital como el más luminoso y vanguardista de sus manifiestos. Volveremos a pedir paz y esperanza. Tierra y libertad. Todas ellas con nombre de mujer. Como Andalucía. Y lo firmaremos con flores al pie de la metáfora en bronce que mejor define a Blas Infante y su ideal: un hombre pájaro, con los pies arraigados en su tierra andaluza, y la mirada clavada en el cielo sin fronteras ni alambradas.

Quien deposite un ramo de flores también suscribe la conmemoración del centenario de tres hechos ocurridos en Córdoba, con Blas Infante como protagonista, determinantes en el devenir de nuestra historia social y política: el Manifiesto de la Nacionalidad que hoy forma parte de nuestro Estatuto y que nos reconoce como “realidad nacional”; la manifestación obrera que abarrotó las calles cordobesas presidida por primera vez con el lema “Viva Andalucía Libre”; y la Asamblea de Córdoba que dio carta de naturaleza a nuestra bandera y lema aprobados en Ronda, y marcó las directrices de los futuros proyectos estatutarios y reivindicaciones sociales y políticas para Andalucía: “ejército de maestros y profesores, de médicos e higienistas, la independencia civil y social de la mujer, el laicismo como garantía de la libertad de creencias y no creencias, una revolución agraria para acabar con el hambre, y todo ello desde la facultad de constituir Andalucía en Democracia Autónoma en aras de una República federal frente a la insolidaridad del centralismo”. Eso es lo que conmemoramos esta mañana: que su asesinato no fue capaz de asesinar su ideal para Andalucía. Y que se contiene en tres palabras: Viva Andalucía Libre.

¡Viva Andalucía libre!

Pasadoble de Juan Carlos Aragón en el homenaje a Blas Infante 2019

Antonio Manuel rinde homenaje a Salvador Távora y a Juan Carlos Aragón

Pasodoble a la lucha por Andalucía de Juan Carlos Aragón, en el homenaje...

martes, 30 de julio de 2019

Las 10 Reglas Para El Éxito | José Mujica (Pepe Mujica) | Superación Pe...

Discurso que Steve Jobs en la Universidad de Stanford el 12 de Junio de 2005.


«Me siento honrado de estar con vosotros hoy en esta ceremonia de graduación en una de las mejores universidades del mundo. Yo nunca me licencié. La verdad, esto es lo más cerca que he estado de una graduación universitaria.

Hoy deseo contaros tres historias de mi vida. No es gran cosa. Sólo tres historias. La primera trata de conectar puntos. Me retiré del Reed College a los seis meses y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses más antes de abandonar los estudios. ¿Por qué lo dejé? Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una joven estudiante de universidad, soltera, que decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: «Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?». Ellos contestaron: «Por supuesto».

Cuando mi madre biológica se enteró que mi madre nunca se había graduado en la universidad y que mi padre tampoco tenía el graduado escolar se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres le prometieron que algún día iría. A los 17 años fui a la universidad. Ingenuamente elegí una casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres, de clase obrera, se fueron en la matrícula. Seis meses después yo no había sido capaz de apreciar el valor de su esfuerzo. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y tampoco sabía si la universidad me ayudaría a deducirlo. Y ahí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Decidí retirarme y confiar en que todo iba a resultar bien. En ese momento fue aterrador, pero mirando hacia atrás es una de las mejores decisiones que he tomado. Prescindí de las clases obligatorias, que no me interesaban, y comencé a asistir irregularmente a las que sí consideraba interesantes.

No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el suelo de las habitaciones de amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos de noche, para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. La mayoría de cosas con las que tropecé, siguiendo mi curiosidad e intuición, resultaron ser posteriormente inestimables. Por ejemplo, en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Como había abandonado el curso y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación en el espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es. Era artísticamente hermoso, histórico, de una manera en que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante.

A priori, nada de esto tenía una aplicación práctica en mi vida. Diez años después, cuando estaba diseñando el primero ordenador Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, el Mac nunca habría tenido múltiples tipografías o fuentes proporcionalmente espaciadas. Y como Windows no hizo más que copiar a Mac, es probable que ningún PC la tuviese. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y los ordenadores personales carecerían de la maravillosa tipografía que llevan. Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.

Reitero, no podéis conectar los puntos mirando hacia el futuro; solo podéis conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tenéis que confiar en que los puntos, de alguna manera, se conectarán en vuestro futuro. Tenéis que confiar en algo, lo que sea. Nunca he abandonado esta perspectiva y es la que ha marcado la diferencia en mi vida.

La segunda historia es sobre amor y pérdida. Fui afortunado, porque descubrí pronto lo que quería hacer con mi vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garaje, transformándose en una compañía de dos mil millones con más de 4.000 empleados. Recién habíamos presentado nuestra más grandiosa creación -el Macintosh- un año antes y yo recién había cumplido los 30.

Luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que fundaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo. Los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un encontronazo. Cuando ocurrió, la Dirección lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba fuera. Y muy publicitádamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta. Fue devastador. Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios, que había dejado caer el testimonio cuando me lo estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado todo a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle [Silicon Valley, California]. No obstante, lentamente comencé a entender algo. Todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y decidí empezar de nuevo.

En ese entonces no lo entendí, pero ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la iluminación de ser un principiante otra vez. Me liberó y entré en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, fundé una compañía llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por ordenador, Toy Story, y ahora es el estudio de animación de más éxito a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple.

Con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No perdáis la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tenéis que encontrar lo que amáis. Y eso es tan válido para el trabajo como para el amor. El trabajo llenará gran parte de vuestras vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creéis que es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que se hace. Si todavía no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os detengáis. Al igual que con los asuntos del corazón, sabréis cuando lo habéis encontrado. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que seguid buscando. Y no os paréis.

La tercera historia es sobre la muerte. Cuando tenía 17 años leí una cita que decía algo parecido a «Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto». Me impresionó y en los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: «Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer?» Y cada vez que la respuesta ha sido «no» varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque casi todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solo aquello que es realmente importante. Recordar que vas a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay ninguna razón para no seguir a tu corazón.

Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un escáner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. ¡Ni sabía lo que era el páncreas! Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los seis meses. El médico me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para morir. Significa intentar decir a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años, en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.

Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego por la tarde me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja el páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien. Es lo más cerca que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más.

Al haber vivido esta experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era puramente un concepto intelectual: Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la muerte es muy probable que sea la mejor invención de la vida. Es su agente de cambio. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, vosotros sois lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, seréis los viejos. Y seréis eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es cierto. Vuestro tiempo tiene límite, así que no lo perdáis viviendo la vida de otra persona. No os dejéis atrapar por dogmas, no viváis con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitáis que el ruido de las opiniones ajenas silencie vuestra voz interior. Y más importante todavía, tened el valor de seguir vuestro corazón e intuición, porque de alguna manera ya sabéis lo que realmente queréis llegar a ser. Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog, una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand no muy lejos de aquí, en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a finales de los 60, antes de los ordenadores personales y de la edición mediante microcomputadoras. Se editaba usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras Polaroid. Era como Google en tapas de cartulina, 35 años antes de que apareciera Google. Era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes conceptos. Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog y luego, cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de la última edición, había una fotografía de una carretera en medio del campo a primera hora de la mañana, similar a una en la que estaríais haciendo dedo si fuerais así de aventureros. El pie de foto decía: «Seguid hambrientos. Seguid alocados». Fue su mensaje de despedida. Siempre lo he deseado para mí. Y ahora, cuando estáis a punto de graduaros para empezar de nuevo, es lo que os deseo. Seguid hambrientos. Seguid alocados. Gracias»

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martes, 18 de junio de 2019

En Almería: "La huella morisca" y "El Al Ándalus que llevamos dentro"

Este miércoles, a las 19h, estaré en el Museo de la Guitarra de Almería para hablar sobre "La huella morisca" y "El Al Ándalus que llevamos dentro", dentro del programa de la Universidad de Almería con motivo del 450 aniversario de la Rebelión de los Moriscos. Por si vives por allí, te apetece asistir o compartirlo con quienes conozcas de la ciudad de la Alcazaba.



sábado, 15 de junio de 2019

Juan Carlos Aragón: "Esta la canto en gaditano" Por la dignidad de Andalucía

VOX, CIUDADADNOS Y PP, en defensa del Machismo, Xenofobia y el genocidio en America


El otro día aparecieron numerosas publicaciones sobre un supuesto imam que autorizaba a pegar a sus esposas, imam de no se sabe donde y de una comunidad, a lo mejor de 20 personas, INDIGNACIÓN EN MASA, EXPULSIONES EN MASA, YA LO DECÍAN MUCHOS DEL PELIGRO.......

ESO SI, VOX, PP Y CIUDADANOS, ESOS NO SON PELIGROSOS, ESOS QUE NOS GOBIERNAN A TODOS, ESOS NO CAUSAN NINGUNA INDIGNACIÓN, silencio en las redes, vergüenza, AHORA NIEGAN EL MACHISMO, VAMOS QUE DICEN LO MISMO QUE ESTE IMAM:


https://www.eldiario.es/andalucia/violencia-intrafamiliar_0_909559246.html

https://www.elmundo.es/andalucia/2019/06/15/5d038140fc6c83be108b4623.html

 https://elpais.com/politica/2019/06/13/actualidad/1560412854_648671.html?fbclid=IwAR3yEghyO9WKKlRK7iMCPNmmc6dV1vIo59SDFOAspSVA8qWTlY_m5j_Asys

miércoles, 22 de mayo de 2019

La dignidad Andaluza en un pasodoble de carnaval


Aunque diga Blas Infante
«andaluces levantaos»
perdón que no me levante
pero estoy mejor sentao.
Bueno voy a poner de pie,
voy a dejar de tonterías.
Venga una dos y tres,
¡qué bonita Andalucía!
Vamos a ponernos serios
que vamos a cantar el hisno.
Los andaluces queremos
volver a ser lo que fuimos,
lo que fuimos antiguamente,
pobrecitos y vasallos,
siervos de terratenientes
y de chulos a caballo.
Si este pueblo se disparata
con la boda de un matavacas
y la niña de una duquesa,
si este pueblo se le arrodilla
a una espada y a una mantilla
este pueblo me da vergüenza.
Menos rollos de verdes mares,
de campiñas y de olivares
que así luego nos luce el pelo.
Castas, y luego ponen la serie de Emilio Aragón,
pin, pon, con sus castas
y aparece en el más ínfimo escalón
de su estrecha jerarquía
el servilismo mamón
de las marmotas de Andalucía.

Pasodoble de Andalucía por los Yesterday en los Carnavales de Cádiz de 1999.

Autor: Juan Carlos Aragón